De todos es sabido que los monos cuando están ociosos, o disimulando o vagueando, proceden a espulgarse unos a otros o, como diría mi amigo el Pater, entre ellos mismos.
No digo yo que no sea mono, pero al menos si proclamare que no ostento pulgas y por tanto, en otros menesteres menos onerosos –y mas satisfactorios- he de andar afanado.
Y digo afanado y digo bien, ya que hay quien se ocupa y quien se afana. Y aun siendo muy próximas sus semejanzas son sutiles su apreciaciones y aun mas distantes sus conclusiones.
Cuando una persona se ocupa de algo lo hace con un esfuerzo no exento de interés pero no implicita el impulso, el ímpetu, la fogosidad. En cambio cuando alguien se afana en cualquier propósito, esta firmemente comprometido a llevarlo a cabo. Esta apostando por ello y va mas allá de sus obligaciones.
Me dicen mis amigos que no escribo y que con la que esta cayendo, fíjate el Toni que cabron que no nos dice nada y lo formalito y callado que pasa los días y las semanas.
Y escribe de poesía, que es lo que harían los monos si fueran evolucionados y quisieran disimular o vaguear o no cagarse en la puta madre que parió a unos cuantos.
La poesía es algo pelin hortera y como las películas clásicas y la opera y el sexo liberal, solo apto para determinadas mentes…plurales. Yo no soy un poeta, igual que un albañil no es un ingeniero o un conductor de coches un piloto de F1. Servidor pasa por ser un juntador de palabras que, con mayor o menor fortuna, da forma a unas ideas y/o tornea plásticamente lo que normalmente digo con cierta vehemencia, ardor o pasión. O todo junto, válgame Dios que uno todavía es joven.
Así que procuro disimular cuando leo la prensa, disimulo cuando escucho la radio y sus contertulios, disimulo cuando veo los informativos de las televisiones, disimulo cuando los taxistas me cuentan sus puntos de vista, disimulo durante las comidas y cenas, disimulo todo el rato. Y no me va mal. Aquí en este país nos hemos especializado en defender y rasgarnos las vestiduras con las causas perdidas y mirar para otro lado cuando la cosa merece la pena. Esto último, sobre todo, si no nos afecta directamente.
Y entonces pienso: “y si todo el mundo lo hace y fíjate que felices son todos…¿por que yo no?.Y entonces me doy al Pampero y me pongo a escribir poesía que es muy de progre y a las mujeres les encanta esa vena literaria y romántica que nos sale a los brutos cuando menos se lo esperan.
Claro que hay unos cuantos españoles que no me leen, ni valoran el esfuerzo, ni me arengan en mi atrevimiento con la rima. Están, esos reaccionarios, intentando que a sus familiares y amigos los suelten unos pobrecillos piratas por allí por el Indico africano. No paran de sembrar la discordia ni de alterar la paz social con sus reivindicaciones de libertad. Habrase visto que tocahuevos. No se dan cuenta que lo importante aquí es que un juez haya traído a dos piratillas contra su voluntad e infringiendo el código H barra 3 capitulo 2 del código M de la convención de Ginebra. Y que uno de ellos tiene pelillos en el ombligo pero no tantos como debería así que, oyes, a lo mejor es menor de edad y fíjate tu, que como vamos a retenerlo con lo guays que somos. Y al fin y al cabo hemos sido malos y el juez que los trajo como quiso salir en los periódicos antes y ahora también, pues dice que no, que oiga que hay que soltarlos. Pero hay que soltarlos de acuerdo con la ley, y la ley dice que si son piratas son malos y si son malos tienen que ir a la cárcel y no se pueden soltar. A no ser, claro, que se modifique la ley o el gobierno los indulte porque no son malos. O tal vez si son malos, pero si fueron malos allí y ahora están aquí donde igual no son tan malos ni tan mayores de edad, vamos, igual ni siquiera son piratas aquí. Tal vez allí si pero aquí, no. Y mira, además resulta que los que si parece que lo son y que, oh cielos, tienen a treinta y pico españoles secuestrados allí, los quieren con ellos porque si no dan matarife a unos cuantos compatriotas.
Y sale el primero de los españoles con ese aire de enfado estudiado que pone cuando miente como un bellaco y no sabe que hacer, pidiendo paciencia a las familias y cuidadin a los terroristas, que tenemos a Chacon y a Moratinos “ocupados” en el tema y cuando menos se lo esperen vamos a pagar el dinero sin rechistar y, puestos a ser majos, incluso se lo van a llevar en mano los dos pájaros que tenemos aquí un día en la cárcel y otro en un centro de menores, para que no se estresen mucho que hay gente muy mala en las penitenciarias españolas.
Y ya me están entrando ganas de poetizar, porque fíjate Pepe Luis que ya me anime yo a escribir no hace mucho que esto pasaría. Que hay gente que no ha ido a la escuela ni ha hecho una carrera, y no sabe maneras ni tiene educación, y que me da a mi que los piratas somalíes no son licenciados o diplomados en relaciones internacionales. Y lo mismo con la ministra y el ministro no se entienden mucho. Y tampoco los familiares de los apresados, que igual si están versados y son estudiosos y estudiados, se entienden mucho con el ministro y la ministra. Y seguramente la mayoría de los españoles si no fuéramos tan gilipollas y tan lamepijos y nos pusiéramos a pensar en que hoy por ti y mañana por mi y que entre nosotros tenemos que cuidarnos gobierne quien gobierne, pues tampoco nos entenderíamos muy bien con los ministros y ministras que lo único que quieren es seguir en el cargo y que no alboroten los vascos y las vascas marineros y marineras.
Y para que no se descojonen mucho los franceses y los ingleses –que también tienen barcos por allí pero que no se arrima nadie a ellos- de nosotros y no tengamos que volver a pasar cada cierto tiempo por lo mismo, pues igual era bueno que el gobierno se pusiera a espulgarse un poco unos a otros o entre ellos mismos incluso, y dejaran a la Armada que hiciera algo de poesía con el Alakrana, metiera en vereda a los piratas y nos respetaran un poco en el mundo para variar. Vaya, que podian hacer un poco el mono en este caso igual que lo hacen en otros muchos, y dejar a quien tiene que hacer lo que tiene que hacer y luego dar un paso al frente y decir, si, se hizo lo que habia que hacer y punto. Con un par de huevos. Y que vayan los Bardenes y los Victor Manueles y Ana Belenes a pintarse las manos de blanco por los pobres piratitas somalíes muertos a casa de su puta madre.
Y como soy un paisano ligeramente tosco en mis formas, brusco en mis modales y agreste en mi estilo, echo muchos de menos aquellos tiempos hace algunos siglos cuando se decía de los españoles algo que creo que quedaría bien en cualquier epitafio de un hombre que se precie:
«Va como debe ir vestido / fía poco en el hablar / mas si llega a pelear / siempre será lo que ha sido».